Música para disimular el mal corte de una naranja


"Cuando uno está feliz disfruta de la música, cuando se está triste se entienden las letras"


No crean que este blog habla solo de las desgracias que produjo que allá arriba a mi media naranja la hayan cortado con un cuchillo de serrucho (serrucho, serrucho, mentira eso es otra desgraciada canción) y no con uno de hoja fina, no crean que solo habla de mi incapacidad para encontrar otra media naranja que haya sido macheteada, no. Esta vez les voy a hablar de aquella ocasión donde encontré lo más cercano a una media naranja sin cortes precisos, el día en que yo disfrutaba de la música y me sentía feliz por el hecho de encontrar a alguien con cortes imperfectos como los míos. Y hablo de la música porque todo gira en torno a ella cuando uno está embobado con alguien, hasta Doctor Krápula le suena bonito (estoy exagerando) no estaba tan embobada como para que mis oídos no sangraran al oír a esos señores. Pero por qué no decir que sonreía cuando escuchaba a Carlos Vives cantar "quierooooo casarme contigooooo" y aclaro que en mi play list Martina's esos sonidos no son mis preferidos. 

Sin embargo uno tiene que aceptar que cuando uno está embobado hasta los vallenatos le parecen hermosas obras para dedicar (mentalmente aunque sea), es más, tengo que aceptar que aunque amo a Julian Casablancas, en esa época no me parecía tan guapo y me perdía en canciones de películas soñando con encontrar un "3 metros sobre el cielo" en los puentes peatonales que estuviera dedicado a mí. Obvio eso nunca paso como tampoco que yo siguiera sonriendo por escuchar "a varios cientos de kilómetrosss" al contrario, gracias a eso entendí que Bruno Mars está muy triste y necesitado de amor (yo podría dárselo, el amor) y que Pink es una excelente compositora de auto ayuda moderna. 


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