Pariendo el drama

"No le dirás a nadie, ni a ti misma: no te metas con ese man" Proverbio Martiniano.

El "no te metas con ese man" dicho a los demás o a uno mismo, es el inicio de una serie de eventos desafortunados, es la metida de cuerpo entero en arenas movedizas, el clic de una mina a punto de explotar, el cerrar sin guardar, mejor dicho es el parto sietemesino del drama.(Imagínese a Simba siendo levantado por Rafiki, pero en vez de Simba es el drama cachorro que se convertirá en depredador. Ya me calmo)


Cuando uno dice o se dice eso, es porque ya se lo llevó el que lo trajo; aceptémoslo entre más líos vengan detrás del man, entre más conscientes seamos, entre más gritos nos pegue nuestro YO interior, ahí estamos buscando lo que no se nos ha perdido, jugando con fuego y con el pelo más que chamuscado.

Y es que lo que viene después de un "no te metas con ese man" es un decálogo a la defensa de un ser humano, porque por lo general se acompaña de frases como: "no, pero el man se ha portado bien", "ha estado pendiente", "igual el man puede cambiar", "no hay hombres perfectos" y pues es cierto no los hay, pero uno casi siempre sabe que se encariñó con el más defectuoso, al que debieron sacar desde hace rato del stock, ese que todo el mundo devuelve porque está pasado. Pero uno tiene ese chip de "yo puedo con él" y ahí vamos todas cual Unicef rescatando infantes, sacando el ego por delante, pretendiendo que todo está bajo control; pero la verdad es que todas llegamos a morder toalla en las noches porque el maldito se salió con la suya. 

Y como si fuera poco hacemos catársis echándole la culpa de todo al pobre infeliz, aún sabiendo que nuestro YO interior casi siempre tiene la razón, que lo que está dañado se deja en el stand y que para obras de caridad las gotitas de amor del Éxito.

NOTA. Probablemente publique esta entrada muchas veces más. 


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